El Arpa Errante en la Arghentum Mugen Yukai 2012

El Cantar de Roldán (y otros) por "El Arpa Errante" en Arghentum Mugen Yukai 2012

• • 21 de abril a la(s) 16:45 - 

• Agustín Alvarez 1431 (entre Maipú y 25 de Mayo) Dos días de feria!

 

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Biografía

Repertorio: "Cuentos y Leyendas de la Antigua Irlanda" "Cuentos Maravillosos de la Antigua China" "Historias de Mágicas Criaturas de las Aguas" son tres espectáculos largos de 1 hora de duración.

Leyendas unitarias: Cu Chulainn, Deirdre, El viaje de Oisin a Tirnanog, Leyenda china del Dios del Sol y la diosa de la Luna, Leyendas chinas de zorros hechiceros, Historia del emperador Hsuantsung y su concubina Brazalete de Jade (Historia del Dolor sin Fin) Leyenda de Lorelei, Leyenda esquimal de Sedna, Leyenda del Holandés Errante, Cantar de Hildebrandt, Cantar de Roldán, Leyenda de la muerte del dios Odín.

Descripción

El Arpa Errante es una cofradía de juglares consagrada a la narración de leyendas con música. Los textos son de Diego Ruggeri, casi siempre basados en leyendas y cuentos tradicionales. La música es tradicional ( por lo general de la misma región que la leyenda a la que acompaña) o bien en algunos casos obra de los músicos del grupo.

 

 

Influencias

Los rapsodas griegos, los bardos celtas, los escaldas germánicos, los juglares mediterráneos, los monjes de biwa del antiguo Japón, más que influencia son nuestros ancestros espirituales. El cazador tribal que cantaba para atraer a su presa; el chamán que cantaba para llevar el alma del difunto al otro mundo, el sacerdote babilónico que cantaba el Poema de la Creación cada primavera, para recrear el Mundo extinguido bajo las nieves del invierno. Lan Tsai Ho, el juglar chino que fue hecho inmortal por los dioses para que los entretuviera en la Ciudad del Cielo. El monje ciego japonés que cantaba el Heike Monogatari tan maravillosamente, que los espectros de los samurais cuyas hazañas contaba la historia se sentaban a su alrededor a oírlo, y revivir las viejas batallas. Los poetas de todos los tiempos que forjaban el verso con el amor con que un orfebre forja el oro, pues sabían que la Palabra es el Alma de las cosas. Virgilio y Merlín y Taliesin, poetas y magos; y los que, como Ovidio, como Boccaccio, como Shakespeare, y muchos otros, tomaron las leyendas de los libros y de la boca del pueblo y con su vivo aliento las hicieron Poesía. Po Chu I, Kalidasa, Petrarca, Tennyson, los grandes nombres de la Poesía, y también aquellos cuyos nombres se esconden hoy en los pliegues del viento. Los que cantaron a Héctor, a Arjuna, a Maui, a Vainamoinen, a Roldán. Los gondoleros venecianos que cantaban las estrofas del Ariosto y del Tasso para el pasajero nocturno mientras el reflejo de las lámparas danzaba en las aguas oscuras. El entrañable sir Walter Scott, que cantó por el regreso del Arpa del Norte, por el regreso de los cuentos, las leyendas, y los bardos. Todos ellos viven en nosotros, y su aliento es nuestra herencia, pues el Arpa de los Poetas no ha sido destruida, ni quemada; sólo se esconde, para estar a salvo de la malicia del hombre moderno; pero Ella siempre regresa. Cuando reconoce a aquél cuyas manos son dignas de portarla, vuela hacia él, y vibra en sus manos.